Cuando se convierte en adversario el que defiende la vida. La Iglesia esa enemiga. Por Clara Jiménez
¿Los enemigos? Unos "enemigos" encantadores.
Por: Colaborador
El PSOE ahora afirma que la Iglesia crispa porque sigue enseñando lo mismo que siempre, no "progresa" no "evoluciona" para dar otro mensaje distinto al de Cristo y al que la naturaleza humana trae de herencia. El valor de la vida, de la fidelidad, el hogar, el cuidado familiar de los hijos. ¿Por eso crispamos?
La Iglesia: esa enemiga
El PSOE y la Iglesia frente a frente, vierten sus desacuerdos. La Iglesia, esa enemiga consumada, defiende una verdad: la Verdad que otros no quieren reconocer. Para el mundo es difícil plegarse a una institución que predica (no siempre) con el ejemplo, pero aun así es temida porque su fortaleza es prestada y viene de Dios. Aquel Jesucristo que la fundó sobre un pescador es también hoy el "siempre presente" que sigue llamando a la redención de las almas y de los cuerpos. Jesús no obra en vano: la Iglesia, suya por querer divino y puesta a disposición de los hombres, es el instrumento de salvación. Sus leyes y sacramentos alimentan el alma y le dan vida para asumir el destino eterno. Los que la rechazan sobreviven a duras penas y se debaten en la anorexia espiritual. Siempre habrá enemigos de la Iglesia, pero nunca será tan fuertes como para vencer a Dios.
Clara Jiménez