jueves, 2 de agosto de 2007

Nuevamente la Política de Ciudad de México se encuentra bajo fuego en el Congreso Norteamericano.

La ciudad de Mexico en el punto de mira de los grupos pro-muerte. Propuesta norteamericana de financiación de grupos pro aborto.

 

 

Nuevamente la Política de Ciudad de México se encuentra bajo fuego en el Congreso Norteamericano.

 

Population Research Institute

 

El mes pasado la Casa de Representantes, a iniciativa de la congresista Nita Lowey (Demócrata por New York), votó 223-201 para pasar un proyecto de ley que busca destruir la Política de Ciudad de México. Esta política dada durante el gobierno de Reagan prohibe que el dinero de los impuestos norteamericanos se destine a organizaciones que realizan o promueven abortos en otros países. Las organizaciones pro-aborto, que han perdido cientos de millones de dólares debido a esta restricción, se refieren con mucha animadversión a la Ley de Ciudad de México y la llaman la "ley de la mordaza global". Ellas han luchado contra esta ley desde que fuera creada en 1984.
 
Este nuevo ataque es perversamente embustero. No elimina la prohibición en cuanto a que los fondos federales vayan a organizaciones que provean abortos, pero este nuevo proyecto de ley permitiría que los grupos de planificación familiar reciban lo que se conoce como "un financiamiento en especies" en vez de recibir dinero. Decenas de millones de dólares en píldoras, condones, Norplant y Depo-provera podrían ser enviadas a IPPF y a otros grupos pro-aborto.

 

La congresista Nita Lowey, quien introdujo la enmienda, afirma que "Esta enmienda mantendría invariable lo que la administración Bush ha establecido como objetivo de la Política de Ciudad de México: 'hacer del aborto algo menos frecuente' , protegiendo a las mujeres y a los niños. Es simplemente apoyar la planificación familiar sin alterar las restricciones vigentes en la ley".

 

Como bien sabemos y la experiencia de muchos países lo confirma, la anticoncepción siempre lleva al aborto. Por tanto, el argumento de Lowey es falso. No hay país en el que después de promover y ejecutar programas de control natal no recurra a la despenalización y legalización del aborto. América Latina es la excepción por la resistencia de sus pueblos que están bajo un incesante asedio que ya lleva décadas. Pero anticoncepción y aborto son productos de una misma mentalidad y mercancía de una misma orquestación internacional, como frutos de un mismo árbol.
   
La congresista Nita Lowey introdujo la enmienda que podría permitir que los grupos de planificación familiar en vez de recibir dinero del gobierno reciban lo que se conoce como "un financiamiento en especies".
 
 
 
Pero además de falso, el argumento de Lowey es hipócrita. ¿Darle subsidios a grupos pro-aborto no es otorgarle poder para promover y realizar más abortos? Por supuesto que sí. Como el Congresista Chris Smith señaló, darles regalos a los grupos pro-aborto es efectivamente la misma cosa que darles fondos. "Si les damos efectivo o algún tipo de contribución a las organizaciones pro-aborto, las estaremos fortaleciendo y a la vez permitiendo que sigan las campañas para expandir el aborto", enfatizó el Congresista Smith en un impresionante discurso en la Cámara de Representantes. "Si de verdad nos interesa proteger a los bebés y a las mujeres del aborto ... no hay motivo que justifique que alguno de nosotros trabaje en revertir la Política de Ciudad de México. Es tiempo de ponerse de pie por el inocente y hablar por aquellos timoratos que no pueden hablar por si mismos".

 

Aún a pesar de la tenaz oposición del Caucus Pro-Vida de la Cámara de Representantes, dirigido por el Congresista Smith, la enmienda presentada por Lowey logró ser aprobada en la Cámara. La enmienda todavía no ha sido elevada al Senado, pero se espera que suceda.

La Buena noticia es que Bush ha prometido vetar la enmienda si ésta llegara a su escritorio, además hay suficientes votos en la Cámara de Representantes y en el Senado para respaldar un veto.
 
 
De aprobarse esta enmienda decenas de millones de dólares en píldoras, condones, Norplant y Depo-provera podrían ser enviadas a IPPF y a otros grupos pro-aborto.


   Pero los pro-vida no podemos pecar de confiados. En estos días la Guerra en Irak y el asunto de la inmigración reciben la mayor parte de la atención del Presidente, por ello debemos continuar alzando la voz en los asuntos pro-vida, no vaya ser que una distracción en la Casa Blanca haga que se juzguen estos asuntos como poco importantes.

 

Enmiendas tan astutas como la de Lowey son muy peligrosas para nuestra causa. El Acta de Libertad de Elección, FOCA, (de la cual escribiéramos hace poco) no era otra cosa que un ardid publicitario, pero este astuto ataque a la Política de Ciudad de México proporciona un discurso verosímil a políticos sin un aparato crítico fuerte. Estos políticos sin saberlo podrían emitir un voto pro-aborto bajo el argumento falaz de que estarían "ayudando a reducir el número de abortos".

 

El Congresista Chris Smith tiene razón cuando dice que darles productos abortivos a estas organizaciones es lo mismo que darles fondos. No debemos financiar el aborto en el extranjero -o en nuestro país--con los dólares de los contribuyentes norteamericanos.
 
 
Colin Mason es el Director para Producción de Publicaciones del PRI
 
Steve Mosher es el Presidente del Instituto de Investigación en Población (Population Research Institute), una organización sin fines de lucro dedicada a desmontar la falacia de la sobrepoblación en el mundo.

 


(c) 2007 Population Research Institute.


Permiso para reproducir concedido. Redistribución de forma extendida. Los créditos son necesarios.

Pro Vida vuelve a ser políticamente correcto.





Pro Vida vuelve a ser políticamente correcto.

 

Algo está cambiando. Ser pro vida ya no es una rémora política. Ejemplo de Estados Unidos. El país que comenzó con la plaga del aborto está encontrando recursos éticos para frenarlo. Esperemos que en Europa, que vamos con retraso, no necesitemos veinte años para lamentar no volver a tiempo.


Sr. Director:


Christopher Blunt y Freed Steeper, expertos en opinión pública y estudiosos de estrategia, explican en MercatorNet (15-06-2007) "por qué la etiqueta pro vida ya no descalifica a los políticos" estadounidenses, a partir de un sondeo sobre la cuestión realizado en Missouri, uno de los estados más representativos del electorado nacional.

 

El análisis disecciona los datos y muestra el cambio que se ha producido en la opinión pública.


Así entre aquellos que no practican ninguna religión se ha pasado de un 53% que se consideraba fuertemente pro-choice y un 10% fuertemente pro-life en 1992 a un 35% y 20% respectivamente en la actualidad. Según esta encuesta, el cambio también se observa entre protestantes, postgraduados y jóvenes.

 

Especialmente llamativo es el caso de las mujeres menores de 30 años, entre las que el 40% es fuertemente pro-life y solo el 20% fuertemente pro-choice, justo al revés que hace quince años.

 

Emiliano Quílez