sábado, 29 de septiembre de 2007

Incongruencia en el respeto a la vida

 

 

Nos cuenta la Prensa que la madre de Sandra Palo pedirá al Parlamento Europeo que endurezca las normas penales sobre los menores. Desgraciadamente, no faltan las noticias sobre maltrato de niños y de adolescentes por otros adolescentes. Nos conmovemos especialmente por los bebés arrojados a la basura, abandonados o torturados por sus progenitores; pero ¿ nos interesamos por la manipulación de la vida humana en laboratorios, el descuartizamiento de nonatos en los patíbulos de abortorios y mediante otras formas de torturas? ¿Quién tiene derecho a decidir sobre la vida humana? Ni el Estado ni los legisladores pueden ni deben arrogarse ese derecho. Por el contrario, defender la vida de todos, a todos compete, a creyentes y a ateos, a la Iglesia y al Estado. Aunque el derecho a la vida está reconocido por todas las naciones democráticas, muchos políticos se lo saltan a la torera: hay una contradicción entre hechos y palabras. Nos oponemos a cualquier genocidio a ojos vista, pero hacemos la vista gorda si se realiza en el silencio de abortorios o mediante píldoras que engrosan las ganancias de multinacionales farmacéuticas. ¿ No es signo de superficialidad? No lo olvidemos: la Biblia dice que "la sangre inocente clama venganza al Cielo" y que "nada queda impune ante Dios".

 

 Josefa Romo