El precio de un beso.
Subasta de besos de George Clooney
El festival de Cannes se ha convertido por un día en una ONG en busca de ingresos al precio de lo que sea. Sharon Stone ejerció de maestra de ceremonias en el escenario mientras se subastaban varios besos de George Clooney, el soltero de oro de la meca del cine. Una de sus admiradoras pagó 350.000 dólares por uno de ellos. Suena hasta raro, pero el beso ha perdido su significado y puede comprarse y venderse al mejor postor. Esa demostración afectiva que debería competer en exclusiva a la intimidad comprometida de dos, se ventila en los medios como mero espectáculo sin que medie razón ninguna. Quizá la foto del beso de un famoso con una desconocida haya dado la vuelta al mundo, pero, ¿es ético prostituir las manifestaciones del amor, realizarlas sin ningún sentido fuera de la ganancia pecuniaria? Parece que en nuestro siglo, el dinero da a todo un nuevo sentido, extraño al del beso que sellaba el "Hasta que la muerte nos separe".
Eva Nordbeck