El elixir de la eterna juventud
   Algunos   optimistas esperan el descubrimiento del elixir de la eterna juventud; otros   ponen su confianza en las sesiones de gimnasia, la cirugía estética o la   cosmética para paliar los estragos del envejecimiento. Desconfían de que la   belleza vital sea convocada desde nuestro interior y redunde en una mayor   armonía corporal externa. Pero eso es lo que corroboran los últimos estudios:   la práctica religiosa aminora la oxidación celular causada por el estrés,   disminuye los efectos negativos de la hipertensión y del Alzheimer. También   reduce el índice de mortalidad en un 25%.  Además, la oración y la   asistencia a Misa proporcionan estilos de vida saludables proporcionando paz,   bienestar, disminuyendo la proclividad a la depresión y reforzando nuestra   respuesta positiva a los reveses de la vida. Parece que Dios cuida de los que   le aman.  
Eva Nordbeck
