El pasado octubre el congreso de Nicaragua aprobó unánimemente un proyecto de ley que prohíbe todo tipo de aborto en este pequeño país Centroamericano. El entonces Presidente de Nicaragua lo firmó y el actual presidente de Nicaragua lo apoya. De hecho, el actual presidente anunció su apoyo a la ley antes de las elecciones, y aparentemente a los nicaragüense les gustó lo que escucharon. La ley cerró toda posibilidad al mal llamado “aborto terapéutico”, pues como sabemos estaban siendo usados para justificar los abortos de todo tipo—aún cuando con la tecnología moderna nunca hay la necesidad de realizar un aborto para salvar la vida de la madre.
Satisface mucho esta muestra de autonomía de un gobierno y el debido proceso seguido para la protección de los niños por nacer, especialmente si consideramos que Nicaragua es un país con una reciente historia de autoritarismo y falta de respeto por la vida humana. Incluso quienes no comparten la oposición al aborto de los nicaragüenses podrían reaccionar admirando un proceso democrático y respetando las creencias de esta gente latina acerca de los niños y de la maternidad.
Después de todo, los izquierdistas de occidente hablan incesantemente acerca del respeto a las otras culturas, la autodeterminación de todas las personas, la importancia de la abstención de los países de occidente en mediar en los asuntos internos de los países pequeños, la maldad del imperialismo junto con el imperialismo económico y cultural, y la indeseable homogenización cultural en curso. Así pues, frente a una decisión democrática tan unánimemente tomada por los representantes elegidos por el pueblo nicaragüense basada en la cultura latinoamericana tradicional, ¿Los izquierdistas occidentales están dispuestos a que Nicaragua decida libremente sobre este asunto?
Por supuesto que no. Los izquierdistas son el más grande imperialismo económico y cultural del mundo moderno, y están decididos a imponer sus valores sobre cada persona particular y sobre cada sub-grupo de gente en el planeta. Las leyes pro-vida nicaragüenses se tiraron abajo a dos ataques bilaterales: la Unión Europea y otros donantes que están amenazando con cortar la ayuda económica a este país pobre si el aborto no es legalizado. Existe además el inevitable proceso judicial que los izquierdistas ejecutan en todo lugar para eliminar la democracia cuando ésta no los satisface buscando desbaratar las decisiones hechas por los legisladores elegidos libremente a través de jueces que nadie ha elegido.
A comienzos de febrero, Marc Litvine, funcionario de la Unión Europea en Nicaragua, dijo que el acceso al aborto “está estrechamente unido a los programas de ayuda contra la pobreza y a los derechos de las mujeres” y dijo además “esperamos que el nuevo gobierno sea capaz de abrir el debate y discutir este asunto fuera de la pasión del clima electoral,” de acuerdo a la Agencia Católica de Noticias. Litvine etiquetó la decisión del Congreso nicaragüense como de “apresurada” y añadió “Aquí es donde noto una de las contradicciones del nuevo gobierno; éste se jacta de ser progresivo, muy moderno y está retrocediendo, pues para nosotros (las leyes pro-vida) es un claro retroceso.”
Este puede ser un retroceso para una Europa que rápidamente se está auto exterminando con bajos índices de natalidad, pero quizás no para una nación que desea sobrevivir más allá de este siglo. El índice de fecundidad total de Nicaragua ha estado cayendo pero aún es un decente 3.3 niños por mujer. Sin embargo, la División de Población de las Naciones Unidas predice que en 20 años el índice de nacimientos de Nicaragua continuará cayendo y disminuyendo por debajo del nivel de reemplazo. ¿Qué podría ser realmente más progresivo que desde ahora dar pasos dirigidos a asegurar la supervivencia de su gente, especialmente cuando el tamaño de su población es tan pequeño? Sólo 5.5 millones viven en esta nación poco poblada.
Litvine dijo más adelante que el no amenazaba a Nicaragua en nombre de la UE. Pero cuando mencionó el enlace existente entre aborto y programas de ayuda lo hizo ver suficientemente claro. La Unión Europea en conjunto supuestamente no tiene una posición respecto al aborto, pero está constantemente presionando a los países para liberalizar las leyes a favor del aborto. “Dado que la UE no tiene una posición sobre el aborto, un funcionario como Litvine no puede expresar una opinión en nombre de la UE,” afirmó Carlos Polo, Director de la oficina del PRI para América Latina. Pero lo hacen de todos modos al menos de una manera que parece oficial.
De hecho, la Ministra de Desarrollo Alemán Heidemarie Wieczorek-Zeul difícilmente podría haber sido más clara cuando dijo el 17 de noviembre del año pasado, después de un encuentro de embajadores de países europeos con el presidente electo de Nicaragua, “La comunidad donante internacional dejó explícitamente claro a Daniel Ortega que habría consecuencias para la futura cooperación con este país si el proyecto de ley no era enmendado.”
El índice de fecundidad total de Nicaragua ha estado cayendo pero aún es un decente 3.3 niños por mujer. ¿Qué podría ser realmente más progresivo que desde ahora dar pasos dirigidos a asegurar la supervivencia de su gente, especialmente cuando el tamaño de su población es tan pequeña?
Puede que el nombre de Daniel Ortega le suene familiar. El fue el presidente marxista anti-norteamericano de Nicaragua en los 80’s. Después de pasar años fuera Ortega volvió a la Iglesia Católica y abrazó la causa pro-vida, y ganó las elecciones en el otoño último. “Es divertido, pero cuando Ortega era un pequeño comunista ateo fue mucho más popular con la izquierda europea de lo que es ahora que ha prohibido el asesinato de niños. ¡Que divertido!” anunció esta semana Oliver McCarthy de Londres en la web.
En diciembre, después que la ley pro-vida fuera firmada, la Comisionado de la Unión Europea Benita Ferrero-Waldner respondió a un reportero lamentando la violación de Nicaragua al “derecho” al aborto. “La comisión comparte una preocupación expresada en relación al aborto terapéutico. La comisión y los Estados Parte (gobiernos individuales de la Unión Europea) han adoptado una posición activa sobre este asunto.”
El mes pasado, la Ministra de Desarrollo Alemán Heidemarie Wieczorek-Zeul exigió que el nuevo presidente de Nicaragua rescinda la nueva ley que prohibe el aborto en todos los casos.
El mes pasado, Wieczorek-Zeul exigió que el nuevo presidente de Nicaragua rescinda la nueva ley e incluso abogue por esfuerzos para conseguir que la corte nicaragüense revoque la voluntad unánime del Congreso nicaragüense. “Este proyecto de ley viola los derechos humanos y debe ser derogado lo más pronto posible,” dijo . “Esto viola los derechos fundamentales de las mujeres en Nicaragua al imponer penas al aborto en todos los casos –incluso si la vida de la madre está en riesgo o en caso de violación. Hay muchos grupos de la sociedad civil en Nicaragua quienes están trabajando contra esta ley y quienes han presentado una acción ante la corte constitucional. Nosotros apoyamos a estas organizaciones en sus demandas, al igual que otros donantes internacionales y las Naciones Unidas.”
Así es como lo lee, otros donantes internacionales y Naciones Unidas misma también están presionando a Nicaragua. ¿Qué es ésto sino imperialismo cultural sostenido por el poder económico?
Y los grupos internacionales supuestamente defensores de los derechos humanos están dentro de todo ésto también. La mal llamada Human Rights Watch (Vigilancia de los Derechos Humanos) calificó a las leyes pro-vida de Nicaragua como “una amenaza directa a los derechos humanos.” Lo único que cuenta para los izquierdistas occidentales es su propio concepto de derechos humanos .
Hasta ahora, Ortega parece sostener la firma, y goza actualmente de un grado de la aprobación del 61% del pueblo nicaragüense. ¿No sería fantástico que la administración de Bush ofreciera compensar cualquier perdida de la ayuda exterior que pretenden negarle debido a la iniciativa de Nicaragua de salvar las vidas de sus niños?. Sería para Bush una buena manera de curar la vieja herida entre el ahora moderado Ortega y quienes lo apoyan, y la propia nación de los Estados Unidos.
Joseph A. D'Agostino es Vice Presidente para las Comunicaciones del Population Research Institute.Steve Mosher es el Presidente del Instituto de Investigación en Población (Population Research Institute), una organización sin fines de lucro dedicada a desmontar la falacia de la sobrepoblación en el mundo.