Cartas al director: Una contestación sobre las ilegalidades de los símbolos religiosos.
La extravagancia de un radical que define ilegal los símbolos religiosos porque le molestan es la misma del que definiría ilegales los símbolos del equipo de futbol rival, o sencillamente los bolsos femeninos por "machistas".
¿Ilegalidad de los símbolos religiosos?
Con referencia a la guerra de los cruficijos, entablada por dos padres de alumnos, en Valladolid he leído en un medio de la ciudad una carta titulada "ilegalidad de los símbolos religiosos", en la que se alude a la Constitución y a los principios básicos de la democracia para tildar de ilegal cualquier símbolo religioso que no represente una idea común.
El autor prohíbe un derecho no sólo de la mayoría sino de cada individuo a mostrar sus creencias. Dice: "Hablamos de un derecho individual cuyo límite es el ejercicio que otro ciudadano haga del mismo y del lugar donde se ejercite. Si lo hace en público, no debe conculcar los derechos de una minoría ni de un solo ciudadano.
Elevar a categoría universal creencias, símbolos, ritos etcétera es de antidemocráticas". ¿Se imaginan? Si se aplicara este criterio a otras cosas, bastaría que hubiera un republicano para que fuera antidemocrático que ondee la bandera nacional en un edificio público o privado, o que haya un solo vallisoletano al que le ofendan los colores del Real Valladolid para que se cierre su estadio.
Por favor, un respeto a los símbolos y a las mayorías. La imposición de las minorías sobre las mayorías, o del individuo sobre la colectividad, ¿no es curioso, injusto y extravagante?
Domingo Martínez Madrid
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