lunes, 5 de febrero de 2007

Un cumpleaños

Ayer cumplió años mi hermano mayor, del que estoy muy orgulloso. Es nada menos que sacerdote de Dios.



Para que me felicitéis por tener un hermano así, y para que cuando lo lea se enfade un "poquitín".

Ayer cumplió años mi hermano mayor, del que estoy muy orgulloso. Es nada menos que sacerdote de Dios.

En el fondo estoy orgulloso de mis padres que inculcaron en sus hijos la generosidad para aceptar ese compromiso. Y así, para todos nosotros es nuestro "tesoro" y somos felices de él. Además, algunos, estamos convencidos que es el más inteligente de nosotros y nos parece razonable que si a alguno el Señor le hubiese escogido para algo importante sería a ese hermano mío. Y además es muy bíblico eso de que "el primogénito" para Dios.

Los demás ¿qué tal? Pues vivimos de rentas y de herencias. Herencias económicas ninguna. No ha habido tensión familiar en el "reparto de la nulidad", y tan felices. Nos dieron un medio para ganarnos la vida y ese es el tesoro personal de cada uno. Y una idea muy clara: nacimos hermanos y nos queremos porque sí, sin razonar razones ni plantear convencimientos, que eso es una familia.

Y cuando un hermano cumple años, los demás pensamos dos cosas: por una parte se acerca a la meta donde nos esperan ya nuestros padres, por otra que ese día él es el rey de la casa.

Y no necesitamos que desde fuera nos enseñen "educación ciudadana", eso se aprendió y muy bien en el hogar.

Ah, por cierto, no somos los únicos. Más bien somos una familia más.

frid

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