sábado, 26 de mayo de 2007
El divorcio en España según el IPF. Incremento y debilidad social
Según un estudio del Instituto de Política Familiar, en España tenemos la tasa de divorcio más alta de toda Europa, incrementada un 51% con respecto a 2005. Sin embargo, más de tres de cada cuatro parejas casadas, mantienen su compromiso. El divorcio es un fracaso personal muy serio, el derrumbe de un proyecto importante de vida. ¿Somos los europeos más progres, o más bien los más desafortunados? Hoy llamamos progreso a cualquier cosa, incluso a lo malo. Pienso en los niños. Si yo no fuera profesora de Secundaria, especialista en Psicopedagogía, tal vez me habrían colado las bondades del divorcio "xpress". Tengo la impresión de que ha habido una campaña muy bien orquestada, con el machacón maltrato a las mujeres, sacado de órbita para la aceptación social del divorcio "express" . Hevisto tanto sufrimiento en hijos de matrimonios separados, que siento escalofrío cuando veo que algunos alardean de progresismo en cuestiones de separaciones y divorcios. La salud social de un país se mide por su estabilidad matrimonial. El nuestro está enfermo. El divorcio es una tragedia también para los hijos: muchos niños y adolescentes quedan heridos: se sienten inseguros, tristes, solos, vacíos y arrastran un corazón desconfiado, un traumatismo de difícil curación. No pocos tienen que acudir al psiquiatra… ¡Cuántos, jamás alcanzarán la madurez de su personalidad que les ayude a superar las barreras la vida! Los matrimonios que velan por su concordia y se mantienen juntos, buscando pacientemente sortear las dificultades, se merecen un gran aplauso. Pero lo bueno, como los alimentos, se prepara. Hoy se trivializa el sexo y domina el sentimentalismo; hay una imparable corrupción de costumbres: así no habrá felicidad duradera sino una cosecha de lágrimas muy amargas.
Josefa Morales de Santiago.