Embarazadas.
Por: Leónidas T. del Brío
El drama del aborto.
Se rebelan contra el engaño del aborto, que no quita el problema sino que lo agranda: suele dejar un tremendo vacío, una insufrible tristeza, un terrible sock por haber conducido al hijo al abortorio, en donde lo "eliminan", para remate, sin anestesia ni responsabilidad de la clínica ni del abortero ( además, puede producir daños físicos). Si te extirpan un grano, no te acuerdas de él; pero de un hijo una madre no se puede olvidar, le haya visto el rostro o no. De ahí que muchas mujeres que han abortado se depriman o enloquezcan. ¿ Por qué no lo dicen en los abortorios? ¿ Se les va el negocio. ¿ Por qué no lo pregonan todos los medios de comunicación? ¿ Será que muchos están asociados, de hecho, con los antivida? ¿ Por qué los políticos – gracias a Dios no todos- hacn tan poco o nada en favor de las madres embarazadas con problemas?¿ Reciben subvenciones de las multinacionales aborteras y temen no ser políticamente correctos? Felicito a "Yotoube", medio de comunicación audiovisual de Internet, por ser tan valiente y prestar enorme servicio a la sociedad mediante la difusión del vídeo "El drama del aborto". ¿ Se atreverán a verlo los políticos que sí se atreven a criticar a los nazis y no lo hacen ellos mejor? Vale más que mil palabras: un niño desmembrado en su etapa fetal y una moneda con la efigie del mandatario al lado: aborto, negocio, política.
Los abortistas se consuelan en su ignorancia: dicen que el feto no es un niño. ¿ Qué es, si no? La Ciencia dice que la vida de cada ser vivíparo comienza en el cigoto y que a los 18 días de gestación se están formando los ojos y el corazón del ser humano, que comienza a latir a los 20 días. ¿ Qué habría sido de nosotros si nuestra madre nos hubiera abortado? Como llegó a decir el rey del aborto en Estados Unidos, el Doctor Nathanson, convertido, de pionero pro-abortista, en hombre pro-vida, "vivimos en una era de muerte, en la que la compasión lleva a la cámara de gas, a la clínica abortista, o a la consulta de un eutanásico".
Leónidas T. del Brío