lunes, 30 de abril de 2007

La solución que respeta la dignidad del enfermo y su vida: los cuidados paliativos.



Aragón Liberal.- 30/04/07: Más acorde con la función del médico: curar o aliviar. El coordinador de Cuidados Paliativos de la Organizació Médica Colegial cree que cuando a los enfermos se les ofrece una atención de calidad, apoyo emocional y atención a los familiares, las demandas de eutanasia “descienden a niveles mínimos”.

Profesionales de la Medicina abogan por mejorar los cuidados paliativos frente a la legalización de la eutanasia activa

azprensa

Noemí Rodríguez, Madrid (30-4-07).- El vocal de la Comisión Central de Deontología de la Organización Médica Colegial (OMC) y jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital San Juan de Dios de Santurce, Jacinto Bátiz, explicó durante su intervención en una jornada sobre "La profesión médica ante el debate de la eutanasia", celebrada en la sede madrileña de la OMC, que el mensaje que los enfermos están dando a sus médicos es que necesitan “una mano amiga”, pero “no para precipitar su muerte” con la eutanasia ni para prolongar su agonía con la “obstinación terapéutica”, sino para disminuir su sufrimiento con cuidados paliativos puesto que, cuando los enfermos se sienten cuidados, “no desean ser eliminados”.

A juicio de Bátiz, los progresos en Medicina Paliativa han provocado el ocaso de la noción de eutanasia como “liberación del dolor insufrible”. Bátiz aboga por iniciar “un debate asistencial” basado en “cuidar bien” a los enfermos antes que una discusión “moral o legal”.

El presidente de la Comisión Central de Deontología del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, Rogelio Altisent, se mostró en contra de la despenalización de la eutanasia y aseguró que, detrás de las escasas peticiones de eutanasia que se reciben en las Unidades de Cuidados Paliativos se esconde “una llamada de ayuda”.

Por su parte, Diego Gracia Guillén, catedrático de Historia de la Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, ahondó en la importancia de “unos buenos cuidados paliativos” así como de un “correcto manejo de la sedación terminal” para conseguir que la calidad de vida de los enfermos críticos y terminales mejore en el futuro y para que la eutanasia sea “lo que nuca debería haber dejado de ser, el último recurso en casos excepcionales”, concluyó.

Para Gracia, la sedación terminal juega un papel “imprescindible” dentro del debate y, por lo tanto, es necesario incidir en la formación de los profesionales de la Medicina en este campo, que en su opinión es actualmente una “asignatura pendiente” de la Organización Médica Colegial.

También indicó que, si en la mayor parte de las encuestas los ciudadanos se muestran mayoritariamente a favor de despenalizar la interrupción voluntaria de la vida, es porque generalmente se les presenta la cuestión sobre si desearían que se les practicase la eutanasia en el supuesto de que sufrieran “un dolor insoportable”.

En la mesa redonda también intervino la profesora titular de Derecho Penal de la Universidad de Valencia, Carmen Tomás y Valiente, quien presentó las distintas vertientes del debate: por un lado, el argumento de la “autonomía” de las personas para decidir poner fin a su vida y, por otro, el “valor de la vida” y el problema de la “pendiente resbaladiza”, es decir, la “inseguridad” de que la legitimidad de la eutanasia “se va a restringir a esos casos en los que estaría permitido”.

También dejó clara su oposición a la eutanasia el director general de la Unidad de Medicina Paliativa del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín de Las Palmas y coordinador de Cuidados Paliativos de la OMC, Marcos Gómez Sancho, quien indicó que una legislación que permitiese la eutanasia “implicaría una serie de riesgos”, tales como los vistos en países como Holanda que, en la década de los 90, se encontraba “a la cola de Europa” en programas de cuidados paliativos.

“En el 2000 empiezan a desarrollarse estos programas y desde entonces comienzan a descender los casos de eutanasia”, comentó Gómez, quien recordó que en este mismo país “se puso de manifiesto que un buen número de eutanasias se aplicó a personas de las que no se pudo constatar que lo hubieran solicitado voluntariamente”.

El riesgo de caer en esta pendiente resbaladiza ocurre también, a su parecer, cuando “lejos de cumplir” las condiciones que, para poder llevar a cabo esta interrupción de la vida refleja la ley, tales como “enfermedad incurable o dolor insoportable”, la eutanasia se basa en la falta de “deseo por vivir”.

El coordinador de Cuidados Paliativos de la OMC apoyó la opinión de que de forma “generalizada y contrastada” cuando a los enfermos se les ofrece una atención de calidad, apoyo emocional y atención a los familiares las demandas de eutanasia “descienden a niveles mínimos”.

De Pro Vida Liberal

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