ARZOBISPO TOMASI: LOS RIESGOS DE LOS "NUEVOS" DERECHOS
CIUDAD DEL VATICANO, 17 DIC 2008 (VIS).-Hoy se hizo público el discurso del arzobispo Silvano Tomasi, Observador Permanente de la Santa Sede ante la Oficina de las Naciones Unidas e Instituciones Especializadas en Ginebra, con motivo del 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
El arzobispo Tomasi afirmó que "cuando se abre una brecha entre lo que se reclama y lo que se considera real a través de la búsqueda de los llamados 'nuevos' derechos humanos, se corre el riesgo de reinterpretar el vocabulario aceptado de los derechos humanos para promover meros deseos y medidas que, al contrario, se convierten en una fuente de discriminación e injusticia y en fruto de ideologías que se sirven a sí mismas".
"Al hablar del derecho a la vida, del respeto a la familia, del matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, de la libertad de religión y conciencia, de los límites de la autoridad del Estado ante los valores y derechos fundamentales, no se dice nada nuevo y tanto la letra como el espíritu de la Declaración son defendidos, y se preserva la coherencia con la naturaleza de las cosas y el bien común de las sociedad".
Tras señalar que este aniversario de la Declaración "nos lleva también a reflexionar sobre su puesta en práctica", monseñor Tomasi dijo que "en un mundo con tantas personas hambrientas, con tantos conflictos, con tantas personas perseguidas por sus creencias, todavía queda un largo camino por recorrer y el deber de eliminar toda discriminación para que todas las personas puedan disfrutar de su inherente e igual dignidad".
El arzobispo Tomasi alentó a la ONU y a sus agencias especializadas "a plasmar fielmente los principios de la Declaración en acción, apoyando a los Estados a la hora de adoptar políticas eficaces que se centren realmente en los derechos y en el sentido de responsabilidad de cada uno".
"Todo ser humano -terminó- tiene el derecho a un desarrollo integral y 'el sagrado derecho' a vivir en paz. Con tales premisas, los derechos humanos no son solo privilegios. Son más bien la expresión y el fruto de lo más noble del espíritu humano: dignidad, aspiración a la libertad y justicia, búsqueda del bien y práctica de la solidaridad. A la luz de las trágicas experiencias del pasado y del presente, la familia humana puede unirse alrededor de estos valores y principios esenciales, como un deber hacia los más débiles y necesitados, teniendo en cuenta a las generaciones futuras".
VIS 081217 (420
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