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BARCELONA, 18 Nov. 08 (ACI).-Montserrat, una mujer que abortó el mes pasado en el centro de abortos Les Corts de esta ciudad, pidió a los diputados que ven la reforma en la ley del aborto en España que piensen bien su decisión pues ella, que decidió abortar al que sería su tercer hijo, es una prueba de que estas practicas sólo destrozan la vida de miles de mujeres.
En este testimonio, recogido por la Asociación de Víctimas del Aborto (AVA), Monserrat relata que temía por este embarazo, pues con su segundo hijo su pareja la había abandonado. Cuando fue a consultar sobre su caso en Salud y Familia de la Generalitat de Cataluña, le dieron como única alternativa el aborto. Con la subvención de esa institución llegó al centro de abortos Les Corts el 23 de octubre.
"Al llegar a la clínica Les Corts con mi hermana y una amiga yo estaba muy nerviosa porque yo realmente no quería abortar. Había un impulso en mí que me decía que lo hiciera y otro que me decía que no. No sabía realmente que hacer", explica.
Montserrat indicó que "pese a que le mencioné a la psicóloga de la clínica que había tenido tratamiento psiquiátrico durante cinco años, ella me dijo que la mejor opción en mi caso era el aborto ya que ya tenía suficiente carga con dos hijos. Además me mencionó que era joven y que después podría tener más".
La joven mujer relató también que le dieron un tranquilizante que rápidamente le hizo efecto y ya no pudo echarse para atrás porque la llamaron para que ingresara al quirófano.
"No te explican realmente que después de un aborto provocado sufres depresiones. Ellos solo lo hacen por negocio. La intervención solo duro cinco minutos. Llegué llorando y salí llorando. A mí no me han llamado más. Eché de menos que me dijeran que me lo pensara o que viniera otro día, no saben cuánto me pesa", cuenta.
Monserrat indicó que durante todo el proceso se sintió presionada por todos: "la clínica, las enfermeras, la psicóloga, todos. Cuando llegué a mi casa me preguntaba: ¿Que había hecho? Sabía que no me lo iba a devolver nadie. Desde ese día no como, no duermo bien, estoy con tranquilizantes para dormir, estoy mal", relata.
Luego de precisar que si Salud y Familia de la Generalitat no hubiera subvencionado el aborto, no se hubiera sometido a esta práctica infanticida. "Nos dan facilidad para abortar pero no para sacar adelante a nuestros hijos. Yo no me he sacado un problema, me he puesto un problema más grande encima de mi espalda con la muerte de mi hijo", concluye.
BARCELONA, 18 Nov. 08 (ACI).-Montserrat, una mujer que abortó el mes pasado en el centro de abortos Les Corts de esta ciudad, pidió a los diputados que ven la reforma en la ley del aborto en España que piensen bien su decisión pues ella, que decidió abortar al que sería su tercer hijo, es una prueba de que estas practicas sólo destrozan la vida de miles de mujeres.
En este testimonio, recogido por la Asociación de Víctimas del Aborto (AVA), Monserrat relata que temía por este embarazo, pues con su segundo hijo su pareja la había abandonado. Cuando fue a consultar sobre su caso en Salud y Familia de la Generalitat de Cataluña, le dieron como única alternativa el aborto. Con la subvención de esa institución llegó al centro de abortos Les Corts el 23 de octubre.
"Al llegar a la clínica Les Corts con mi hermana y una amiga yo estaba muy nerviosa porque yo realmente no quería abortar. Había un impulso en mí que me decía que lo hiciera y otro que me decía que no. No sabía realmente que hacer", explica.
Montserrat indicó que "pese a que le mencioné a la psicóloga de la clínica que había tenido tratamiento psiquiátrico durante cinco años, ella me dijo que la mejor opción en mi caso era el aborto ya que ya tenía suficiente carga con dos hijos. Además me mencionó que era joven y que después podría tener más".
La joven mujer relató también que le dieron un tranquilizante que rápidamente le hizo efecto y ya no pudo echarse para atrás porque la llamaron para que ingresara al quirófano.
"No te explican realmente que después de un aborto provocado sufres depresiones. Ellos solo lo hacen por negocio. La intervención solo duro cinco minutos. Llegué llorando y salí llorando. A mí no me han llamado más. Eché de menos que me dijeran que me lo pensara o que viniera otro día, no saben cuánto me pesa", cuenta.
Monserrat indicó que durante todo el proceso se sintió presionada por todos: "la clínica, las enfermeras, la psicóloga, todos. Cuando llegué a mi casa me preguntaba: ¿Que había hecho? Sabía que no me lo iba a devolver nadie. Desde ese día no como, no duermo bien, estoy con tranquilizantes para dormir, estoy mal", relata.
Luego de precisar que si Salud y Familia de la Generalitat no hubiera subvencionado el aborto, no se hubiera sometido a esta práctica infanticida. "Nos dan facilidad para abortar pero no para sacar adelante a nuestros hijos. Yo no me he sacado un problema, me he puesto un problema más grande encima de mi espalda con la muerte de mi hijo", concluye.
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