jueves, 15 de marzo de 2007

Reflexiones liberales: El Aborto es profundamente anti-liberal, impide el ejercicio de "una libertad individual".

En el Medioevo algunos pensaban que el hombre sólo era hombre cuando pasaba un tiempo, pero eran "apologistas" y sostenían que interrumpir el proceso era violentar la naturaleza, era impedir que el ser humano viviese. Poco a poco fueron viendo que "no hay discontinuidad", es el mismo ser el embrión, el feto, el bebé, el niño, el adolescente, el joven, el adulto, el anciano, hasta que en la muerte se descompone y pasa a ser varios seres celulares... ha perdido la unidad que hasta ese momento se daba y que comenzó de modo unicelular.

Sería sorprendente que los liberales pidamos al Estado que legisle a favor del aborto... pero también si hubiese duda de que hay un ser humano en un baúl, ¿lo acribillaríamos con sables? Las dudas deben resolver a favor de lo más seguro que es a favor de la vida.

Lo de la moral, está normalmente, en la esfera de la conciencia. Los liberales no queremos que se legisle sobre la moralidad de nuestras acciones personales. Lo malo y lo bueno de mi obrar sólo debe legislarse cuando incide en el bien o el perjuicio de otro ser humano. La tensión entre libertades es lo que se debe legislar. Y la vida humana debe protegerse. Si uno no está de acuerdo con otras actitudes morales pues se aguanta.

Los métodos preservativos me parecen mal pero por motivos morales, por los riesgos de que con la promiscuidad vengan más enfermedades de transmisión sexual, pero no inciden en la libertad de otros salvo en el adulterio, cuando una de las personas no respete el derecho de su otro cónyuge libremente asumido. Otra cosa son los métodos abortivos que son abortos de personas pequeñitas o de seres humanos pequeñitos.

Luego la cuestión del aborto no se soluciona bien con un "yo pienso", sino con una reflexión seria porque está en juego una vida humana, en ese sentido el principio de "precaución" estaría justificado para los que tienen dudas, el "principio de proceso natural o ecológico" para un sensato ecologista y (es mayoría) el "principio de no matar" para el que reconoce que ese ser nacido de la unión de dos células incompletas es el mismo ser hasta su muerte sin solución de continuidad, y ese ser es un ser vivo de la especie humana.

frid