martes, 20 de mayo de 2008

EL ABORTO COMO REMEDIO PARA LA ELIMINACIÓN DEL SÍNDROME DE DOWMN

20.5.2008.

Por: Margarita Calavia

Algo tremendo. Nos encontramos ante el gran triunfo de la eugenesia: el aborto como eficaz remedio contra el síndrome de Down. Gracias al mismo, el número de supuestos ha descendido un 30 %.

www.aragonliberal.es


Algo tremendo. Nos encontramos ante el gran triunfo de la eugenesia: el aborto como eficaz remedio contra el síndrome de Down. Gracias al mismo, el número de supuestos ha descendido un 30 %.

Esta noticia, esta "buena nueva", estimado lector, puede consultarse en el diario «El País».

Según este medio «la mayoría de los españoles prefieren no traer al mundo a hijos con síndrome de Down», y gracias a la prueba de la amniocentesis y al punto 3º del artículo 417 bis de la L.O. 9/1985, de 5 de julio, de despenalización del aborto en determinados supuestos, esta enfermedad alcanza un significativo y progresivo descenso.

Lo peor de todo consiste en que, a tenor de la redacción del título y la entradilla –que es lo único que mucha gente apresurada suele leer–, considera positivo este hecho.

Es decir, es encomiable y progresista acabar con una enfermedad no actuando sobre las causas de la misma, sino eliminando al enfermo. Es un avance de la civilización considerar que el síndrome de Down constituye una grave tara psíquica –a pesar de que durante el embarazo no se pueda detectar el grado de discapacidad– que convierte a un feto en inviable como ser humano. Todo ello, a pesar de que, como consigna el mismo diario al final del artículo, un enfermo de síndrome de Down pueda ser feliz, sea susceptible de ser educado y pueda encontrar un perfecto acomodo afectivo en el seno familiar; independientemente de que, como pone en palabras de la Federación Española de Síndrome de Down, la esperanza de vida de estos enfermos alcance ya, gracias a los progresos de la medicina, la media de 75 años y puedan aplicarse terapias tempranas que activen partes del cerebro que antaño restaban destinadas a la inactividad permanente.

Es espantoso el cajón de sastre en que se ha convertido el artículo 417 bis. Del Código Penal, propiciando casi el aborto libre, condicionado tan sólo a que sea realizado antes de la vigésimo segunda semana de la gestación.

Eriza el cabello la facilidad con que actualmente el hombre decide sobre la vida y la muerte de otro ser humano, en una apropiación privativa del derecho a la vida ajena, siempre y cuando el sujeto se halle desvalido y no pueda protestar.

Causa estupor que «la mayoría de los españoles» considere que un feto con el síndrome de Down no posee el derecho a desarrollarse y devenir un ser humano adulto. Aterra plantearse la causa última de esta elección: ¿Un equivocado sentimiento de piedad hacia el nasciturus o, más bien el deseo de evitarse problemas e incomodidades?

¿Alguien alcanza a vislumbrar la implicación última de esta postura? El reconocimiento social de que únicamente es merecedor del derecho a la vida el hijo calculado, deseado y sano. Con los avances en materia de genética, ¿llegaremos también a que este derecho se reduzca al hijo calculado, seseado, sano, fuerte, guapo e inteligente, al hijo adquirido en una suerte de supermercado clínico? Sólo un paso nos separa de esto: el progreso científico; porque el paso ético ya se ha dado: la autoafirmación de la voluntad y el egoísmo humano frente a los designios de su Creador, la conversión de la criatura creada en forjador unívoco de su destino y del de los de sus semejantes. Es la instauración del derecho a la «calidad de vida» propia frente al derecho a la vida de los demás. Una vida reservada únicamente a quienes pueden producir bienes materiales y son aptos para disfrutar plenamente de los mismos.

Quisiera, no obstante, proponer una reflexión a esa «mayoría de españoles» –al 80 % en la clínica La Cigüeña– que prefieren el aborto a un hijo con deficiencias psíquicas: ¿Estarían dispuestos a aceptar con idéntica complacencia la decisión progresista de sus hijos calculados, deseados, sanos, fuertes, guapos e inteligentes, relativa a imponer supuestos legales de eutanasia para sus padres ancianos y enfermos? Si son consecuentes, deberían de optar por el suicidio voluntario cuando apareciesen los primeros síntomas de los achaques de la vejez, porque son indicadores de la probabilidad de causar dificultades económicas a sus hijos, de reducir el derecho a su realización personal. Además se evitarían sufrimientos innecesarios, derivados del deterioro corporal, en un futuro más o menos próximo.

También constituiría una excelente medida eugenésica. «El País» lo podría titular «Las técnicas de eutanasia forzosa hacen caer el Alzeimer y el Parkinson»; y agregar una entradilla de este tenor, a semejanza de la que constituye el objeto de este trabajo: «El número de ancianos con estas enfermedades disminuye en un 30%».

MARGARITA CALAVIA SOS

2 comentarios:

Anónimo dijo...

De la noticia publicada en El País de que el aborto hace caer el síndrome de Down en España en un 30%, lo que más me apena, después de los abortos, son las declaraciones de Pilar, de la Federación Española de Síndrome de Down en las que dice que abortar a un hijo con Síndrome de Down es una decisión lícita. "Yo no me atrevería a recomendar a nadie que traiga al mundo a un síndrome de Down. Eso es una decisión que tiene que tomar cada pareja". No sé si habla a título personal. Si ésa fuera la opinión oficial de la Federación, sería la triste señal de que han caído en el servilismo ante el poder establecido. No olvidemos que estas asociaciones están muy necesitadas de ayudas oficiales. Y es valiente, heroico, arriesgado… morder la mano que te da de comer, claro. Decir las verdades del barquero a un gobierno, nacional o autonómico, que facilita la eliminación de niños con Síndrome de Down es arriesgarte a perder subvenciones. Sabemos que en política se actúa así. Pero hay que ser coherentes. Si no acabaremos en la eugenesia de los Down ya nacidos. Hay antecedentes en la acción T4 del III Reich. Los nazis hicieron una barbarie, pero la Acción T4 es coherente con su lógica: si los Down no deben vivir una vida indigna, ¿por qué no matarles también cuando ya han nacido? Una burrada... coherente con el principio que justifica abortar a los Down.

Un saludo desde Granada
Santiago
www.opinionciudadano.blogspot.com

cartapacio.liberal dijo...

Santiago: Te pondremos como carta en www.aragonliberal.es y muchas gracias por tu apoyo a la vida. Sí señor.

frid