La PDD es abortiva y su difusión sin receta generará una mayor banalización de la irresponsabilidad sexual con los consiguientes riesgos para la salud pública
Las adolescentes tomarán la píldora sin saber que es un fármaco abortivo y con potentes efectos secundarios que pueden dañar gravemente su organismo.
Estudios realizados en Inglaterra señalan que la difusión de este tipo de fármacos entre adolescentes aumenta considerablemente el índice de embarazos pues aumenta la sensación de seguridad ante relaciones sexuales promiscuas.
Presentar este fármaco como método anticonceptivo, puede incitar a aumentar las conductas de riesgo y los contagios por enfermedades de transmisión sexual y el SIDA.
Madrid 11 de mayo de 2008.- El anuncio de las ministras Aído y Jiménez sobre el reparto de la píldora del día después (PDD) en las farmacias sin receta médica es una forma errónea de afrontar el problema de los embarazos imprevistos entre adolescentes. pues está demostrado que la falsa sensación de seguridad genera un aumento de conductas de riesgo y en consecuencia un aumento de embarazos y riesgo de ETS.
El Presidente del Foro Español de la Familia, Benigno Blanco, declara: "La PDD es un verdadero abortivo y puede tener graves consecuencias para la salud de las usuarias por lo que no se entiende que se expida sin receta médica. Las Ministras parecen más obsesionadas por facilitar los abortos que preocupadas por una política realista de salud pública. Como con el anuncio de la nueva ley del aborto, esta medida demuestra que a este Gobierno solo se le ocurre la fórmula de "más aborto y más fácil" para afrontar un problema humano de gran calado y complejidad".
La recomendación de este fármaco suele hacerse con información errónea sobre sus efectos abortivos. Así suele decirse que 'no es un abortivo y se puede recetar a menores' o que 'abortiva y poscoital no es igual'. Este tipo de afirmaciones se basan en considerar que sólo es abortivo aquel producto o mecanismo que actúe sobre el embrión humano después de su anidación en el útero, es decir, unos 14 días después de la fecundación.
Se pretende así presentar a la píldora del día después como un anticonceptivo que no afectaría al derecho a la vida del embrión. Frente a esta forma de presentar las cosas, Benigno Blanco recuerda que "la píldora del día después puede tener tanto un efecto de inhibición de la ovulación como de destrucción del embrión humano ya existente en el tiempo que transcurre entre la fecundación y la anidación en él útero".
Si la distinción entre anticonceptivo y abortivo está en que el primero impide la fecundación y el segundo elimina al embrión después de la fecundación, está claro que la píldora del día después tiene también este efecto abortivo si es ingerida habiéndose producido ya la fecundación.
Por ejemplo, según los datos aportados por un artículo de Croxatto y colaboradores (Human Reproducción 22; 434, 2007), se indica que "con la píldora del día después se evita la ovulación en un 66 % de las ocasiones. En grupos de mayor riesgo este porcentaje es del 58 %. Es decir, que entre un 34 y un 42 % de las veces, según este investigador conocido por su defensa del uso de la píldora del día después, ésta actuaría por un mecanismo antiimplantatorio, por tanto, abortivo".
El Foro Español de la Familia recuerda que la ciencia y biología actual acreditan que un embrión es un individuo desde la fecundación, un individuo con identidad genética y con toda la información genética necesaria para su pleno desarrollo hasta convertirse en un adulto.
El embrión constituido tras la fecundación, el cigoto, es un ser humano con carácter propio y específico, también antes de su implantación en el útero. Cualquier fármaco o instrumento que ponga fin a su proceso de desarrollo con posterioridad a la fecundación es un abortivo.
Con este anuncio, las adolescentes tomarán la píldora como si fuese una decisión baladí, sin saber que es un fármaco con potentes efectos secundarios que pueden dañar gravemente su organismo. El Foro de la Familia recuerda que este fármaco es una potente inyección de hormonas que puede causar graves molestias en la mujer. Según la ficha del Postinor (uno de los nombres comerciales para la PDD):
"1) Molestias gastrointestinales: náuseas (14-24.3%), gastralgia (15%), vómitos (1-7.8%), diarrea (4%) Neurológicas/psicológicas: astenia (14%), cefalea(10-21.3%), mareo(10-12.6%).
2) Ginecológicas: aumento de la sensibilidad mamaria (8-12.9%), menstruales, pérdidas interciclo (hasta 31%), trastornos del ciclo menstrual (retraso de la menstruación del 5 al 19.9%, menstruaciones abundantes 15.5%)..."
El Foro de la Familia indica que estudios realizados en Inglaterra (Hum. Reprod. Advance Access originally published online on January 29, 2004 http://humrep.oxfordjournals.org/cgi/content/abstract/19/3/553 ) señalan que el uso de la PDD no reduce el número de embarazos y por el contrario, el promover éste tipo de métodos entre adolescentes aumenta considerablemente el índice pues se confían a la píldora llevando una vida promiscua. Aumenta así el riesgo de contagio de enfermedades de transmisión sexual y de SIDA.
El crecimiento del número de embarazos de adolescentes, el mantenimiento de la expansión del sida, el que no acabe de controlarse las enfermedades de transmisión sexual, el incremento del número de abortos, la debilitación de las convicciones familiares y tantos otros fenómenos preocupantes de nuestros días son el fruto inevitable de la banalización y trivialización de las relaciones sexuales que forma parte de esa cultura de nuestros días obsesionada con el sexo y que es favorecida por los Ministerios de Sanidad e Igualdad con decisiones como ésta y con sus campañas de información que renuncian a priori a apostar por fomentar una formación en la responsabilidad sexual.
Siguen insistiendo las Ministras en políticas que llevan 30 años fracasando dramáticamente: las que dan por supuesto o incluso incentivan las relaciones sexuales sin responsabilidad y luego quieren cortar sus consecuencias como sea y a cualquier precio. Éstas políticas no funcionan como acredita el crecimiento constante de los embarazos de menores y el número de abortos.
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