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martes, 7 de octubre de 2008

III CONGRESO NACIONAL DEL FORO ESPAÑOL DE LA FAMILIA

El sábado 18 de octubre se celebra, en las instalaciones del CEU (Julián Romea, 23), el III CONGRESO NACIONAL DEL FORO ESPAÑOL DE LA FAMILIA, que llevará por título "LA FAMILIA: VERTEBRADORA DE LA SOCIEDAD. Por un voluntariado familiar comprometido"

Su finalidad, además de ser un momento de encuentro para todos, y de profundización en temas de familia, vida y libertad de educación, es fortalecer la red de voluntarios que en toda España forman la familia del Foro.






Puedes colaborar con esta iniciativa colgando este banner en tu web o blog.

Para inscribirse hay que llamar a la oficina del Foro (915105140), o bien
escribir a congreso@forofamilia.org .

Carta de invitación:

Este Congreso pretende ser un Foro de encuentro, diálogo social e intercambio de experiencias entre las asociaciones, reflexionando sobre el valor, importancia y papel de la familia como referente del sistema social y su papel esencial en el desarrollo de la persona.

Este año el Congreso aspira a convertirse en una ocasión de análisis y debate de las necesidades de la familia en España para actualizar información y conocimientos sobre la realidad familiar actual.

Otra de las ideas que se persiguen con este encuentro es sensibilizar a la sociedad sobre el papel de la familia como garante de la cohesión social, papel especialmente interesante en un momento de crisis económica. Para ello es necesario reconocer la labor solidaria que la familia realiza dentro de la sociedad y la cohesión intergeneracional e intrageneracional que produce y de la que toda la sociedad resulta beneficiada.

Igualmente, esta jornada busca promover la participación ciudadana y el voluntariado social a través del asociacionismo familiar y la incorporación de voluntarios que en el seno del mismo puedan actuar como onda expansiva de la sensibilización en los valores de la familia.

En resumen, se trata de formar a los participantes para que puedan transmitir los conocimientos y experiencias adquiridas en las asociaciones en que trabajen, en sus hogares y a través de diversas jornadas a nivel autonómico. Este encuentro nacional pretende también constituir un instrumento válido para hacerse presente en los medios de comunicación y también participar en la vida pública, ayudando a educar, formar y movilizar a la sociedad civil. Os animo a participar en este III Congreso Nacional del Foro Español de la Familia y a darle la mayor difusión posible.

Tu presencia es muy importante, y esperamos contar con tu participación y la de todos aquellos a los que quieras invitar a implicarse en la fabulosa tarea de todos que es el Foro Español de la Familia. Para ver el programa pinchar aquí

Muchas gracias por tu atención y tu colaboración. Espero verte el día 18 en el Congreso.

Foro Español de la Familia

domingo, 30 de diciembre de 2007

La familia y el poder


Leyendo libros sobre la antigüedad, uno comprueba que donde más peligro corría un príncipe era en el seno de su propia familia. El asesinato de Benazir Butto muestra lo peligroso que es estar cerca del poder cuando no hay recursos morales.

El otro día alguien, en el Heraldo, tachaba de leyenda la historia de Herodes y los inocentes, decía "no es tan bárbaro"... ese señor, en el ejercicio de su poder eliminó a dos de sus propios hijos (Aristóbulo y Alejandro), atendiendo a rumores de conspiración contra su persona, levantados por otro hijo, Antípater, a quien también ejecutó años más tarde por intentar envenenarle. Y según cuenta Flavio Josefo, mandó encerrar a 300 israelitas para que fuesen asesinados en el momento de su muerte para ser así llorado por el pueblo. El ejercicio del poder llevaba a ver como principales enemigos a los de la propia sangre, pero también estaba marcado por la crueldad salvaje de las bestias.

El mismo Constantino no se libró de esas crueldades asesinando hijos y familiares para mantener la linea sucesoria y eliminar riesgos de ser derrocado. Por un rumor "surgía un cuchillo".

Eso muestra que el "poder", sin moral, el poder sin ética no es más que un equilibrio que, incluso emponzoña la familia.

Y, sin embargo, la familia natural y la familia cristiana van por otra dirección: en vez de poder se habla de servicio, en vez de rivales de ayuda mutua, en vez de rencillas se habla de remanso de paz, en vez de sumisión se habla de amor, la obediencia no es al tirano sino al que quiere tu bien... y luego, para que eso sea estable y dure, en el momento de la emancipación, "vuela" el hijo y forma su propio hogar.

El gobierno del Estado, desde la exaltación del poder y la eliminación de la moral, lleva a las mayores degradaciones: parricidios, fratricidios, incestos, guerras y tiranías.

El gobierno de la familia, desde la exaltación del amor lleva al servicio generoso, a la ayuda mutua, a la comprensión y a la paz.

La brecha abierta en la "universalidad" de la ética y de los valores morales, hace derivar la sociedad a un mero equilibrio de poderes... y a una debilitación de los valores familiares. Es cuestión de elegir.

frid

viernes, 2 de febrero de 2007

La familia: lugar del desarrollo de un verdadero y sano equilibrio emocional


"la familia es el lugar de contacto natural entre miembros de generaciones distintas y asume el papel de mediación entre el individuo y la sociedad"


"La familia, factor de humanización"


Me fijo en los datos alarmantes sobre natalidad, de hijos fuera del matrimonio, de la situación de la familia en la sociedad occidental… y coincido con la afirmación del vicepresidente de la Pontificia Academia para la Vida: "la familia es el lugar de contacto natural entre miembros de generaciones distintas y asume el papel de mediación entre el individuo y la sociedad" (…). Efectivamente: "la existencia de una institución familiar sana es un factor eficaz de humanización y personalización en la sociedad". ¿No es cierto que la organización jurídica de la sociedad debe tener en cuenta la solidaridad fundamental que aquella se funda, so pena de desequilibrios peligrosos?. Sin embargo, el escaso o nulo interés de algunos gobiernos por la familia (el nuestro, por ejemplo), alienta la desvinculación de los jóvenes, con los riesgos que para ellos y para la sociedad conllevan esas actitudes. La familia es una institución social cuyo buen o mal funcionamiento repercute en la salud de la sociedad, y no debe confinarse al ámbito privado.

El hecho de que funciones básicas de la familia, como la educación, la asistencia de los enfermos y la ayuda a los ancianos, estén asumidas cada vez más por la sociedad, es "un índice de crisis de la familia". Lleva razón la Iglesia al afirmar que "la unidad familiar no puede perderse sin que desaparezca de la sociedad un determinado método de vivir la solidaridad entre generaciones".

El hundimiento demográfico contemporáneo en los países occidentales es un hecho indiscutible y preocupante. Sí, "la decisión de no tener niños es también la señal de una profunda desesperación interior" , pues "aquel que excluye sin motivo toda posteridad, no cree en sí mismo".

Jesús D Mez Madrid

domingo, 28 de enero de 2007

Padres, consejos y reflexiones para ver televisión ¿Como sacarle partido? ¿Y tu que piensas?


27 consejos para ver televisión


Reproducimos a continuación un documento que consideramos de sumo interés para nuestros suscriptores. La lectura de los 27 consejos nos hace reflexionar sobre el uso de la televisión. Si los seguimos, lograremos que la televisión esté a nuestro servicio y no ser esclavos de ese medio de comunicación.


El documento ha sido elaborado por FEDEPADRE, asociación que reúne a 150 mil familias chilenas. Aquí, sus 27 consejos para ver TV.


1. Los padres debemos enseñar a nuestros hijos, tanto a ver espacios televisivos enriquecedores, como a no ver aquellos que puedan ser inconvenientes o que puedan afectarlos en su desarrollo integral como personas. Si los padres no enseñamos a ver televisión a nuestros hijos, ¿quién lo hará por nosotros?


2. Podemos enseñar a los hijos a que no hay que "ver televisión", sino que ver programas de televisión. Así podremos desarrollar la capacidad de selección y de discriminación, que los habilitará para ver aquello que nos conviene y no mirar aquello que no nos conviene ver. Debemos preguntar a nuestros hijos ¿Qué programa quieren ver?, en lugar de ¿Quieren ver televisión?. No olvidemos que la televisión utilizada con el criterio de ayudar a la educación de los hijos puede ser una herramienta muy eficaz.


3. Para crear un criterio de selección al momento de ver televisión, es preciso evitar tener prendida la televisión cuando no hay nadie viendo un programa determinado. Siempre es positivo preguntarse: ¿Es necesario que en este momento esté prendido el televisor?. Cuantas veces la televisión permanece horas funcionando sin que nadie esté realmente viendo un programa determinado. Si la apagamos, cuando no es necesario que esté prendida, no solo ahorramos energía y dinero, sino que lo más importante, ganamos silencio y tiempo para nosotros mismos y para la familia.


4. Un buen modo de afirmar las ideas anteriores, es no tener a mano el control remoto. El "zapping", o la costumbre de cambiar permanentemente de canal de televisión, es contrario al criterio de selección que debemos desarrollar en nuestros hijos. Por otro lado, "la lucha" por el control remoto muchas veces es injusta e inconveniente, ¿no sería preferible acordar de antemano el programa que queremos ver, para no ser esclavos del control remoto, que nos lleva por un vagabundeo interminable que no permite concentrarse ni entender ningún programa?. Si el "zapping" con el control remoto es inevitable, por que se está buscando qué ver, al menos es conveniente enseñar que todos tienen derecho a opinión, y que la selección del programa no es monopolio del mayor, el más fuerte o el dueño de la televisión, para así enseñarles a respetar los derechos y los gustos de cada uno de los miembros de la familia.


5. No es conveniente que nuestros hijos tengan un aparato de televisión en su habitación. Esta costumbre incentiva el aislamiento de nuestros hijos, provoca una adicción a la televisión y es contrario a la vida de familia. Tengamos presente que una adicción desordenada a la televisión impide el juego de nuestros hijos, el crecimiento de su creatividad y afecta inevitablemente la convivencia familiar.


6. Es siempre conveniente tener un horario preestablecido para ver programas de televisión. Como todas las cosas, la televisión tiene "su lugar" en la vida familiar, junto a otras actividades. En este punto debemos tomar conciencia que nuestro día sólo tiene 24 horas, y si le restamos el tiempo en que dormimos y trabajamos o estudiamos ¿cuánto tiempo libre nos queda?. ¿Es necesario dedicar el escaso tiempo libre que tenemos sólo a la televisión?. ¡Donde queda el tiempo para el juego, la amistad, la cultura, la imaginación y la convivencia familiar!


7. No usemos la televisión como una "niñera electrónica", dado que ella no cuida verdaderamente a nuestros hijos, especialmente si los dejamos ver "lo que están dando". Recordemos que la televisión, no puede dar cariño, ni es capaz de advertir a los niños de un eventual peligro. Cuando ambos padres trabajan, este criterio es especialmente importante.


8. No tengamos prendida la televisión cuando almorcemos o comamos en familia. Cuando se está juntos en familia, durante las comidas, toda nuestra atención debemos ponerla en compartir con nuestros hijos y cónyuge, cuidando ese verdadero tesoro que es estar juntos y con tiempo para conversar y conocernos mejor. No arruinemos o desperdiciemos los mejores momentos en familia "metiendo al medio" una intrusa como invitada principal, que obliga a ser vista y escuchada.


9. La capacidad de imitación que tiene el niño debemos orientarla hacia el conocimiento de personajes reales y ejemplares, por ejemplo deportistas, hombres ilustres, héroes de nuestra historia, personas destacadas en la ayuda a los demás, poetas, etcétera, y no hacia "héroes imaginarios", "monstruos", o personajes inexistentes. De esta forma, pondremos a su alcance las vidas de personas que han pasado haciendo el bien, y que merecen ser imitadas.


10. Los padres debemos tratar de acompañar a nuestros hijos a ver televisión. De esta forma podremos conocer verdaderamente los contenidos de los programas para tener juicios más apropiados al momento de emitir nuestra opinión sobre la televisión. Mirando televisión con ellos nos podremos dar cuenta de sus gustos o preferencias, y los efectos que los distintos programas pueden producir en cada uno de ellos.


11. Echarle la culpa a la televisión es la salida fácil. No conviene que los padres renunciemos a la posibilidad de que en la casa se vea siempre buena televisión, teniendo presente que en la programación de la televisión, si buscamos, podremos encontrar casi siempre buenos programas, y que nos corresponde a nosotros el deber y la responsabilidad de ser los principales formadores de nuestros hijos.


12. La experiencia demuestra que no es conveniente que los niños y jóvenes puedan ver el programa que se les antoje, sobre todo los más pequeños. Tampoco conviene dar por sentado que todos los programas llamados infantiles o de dibujos animados tienen un contenido adecuado para su edad.


13. Los padres debemos informarnos del contenido de los programas de televisión. Cualquier espacio que incluya sexualidad, violencia, maldad, permisividad, delincuencia, racismo, etcétera, no es apto para niños. Y los padres deben saberlo, y evitar que sus hijos los vean. Para lograr esto, se pueden consultar las guías de calificación de la programación de la televisión que se publican a instancias del Ministerio de Educación, del Consejo Nacional de la Televisión, y en revistas especializadas de educación de los hijos, como por ejemplo Hacer Familia o Educar.


14. Una vez informados del contenido de los programas de televisión respetemos la señalización de los programas infantiles: - para todo niño; - para niños mayores de 7 años; y para niños mayores de 12 años, establecida por los canales de televisión, y difundida tanto por el Ministerio de Educación como por el Consejo Nacional de Televisión, para el cuidado de los niños.


15. Hay que tener presente que los hijos deben aprender valores antes que nada en el ámbito de la familia. Cuidemos de explicar a nuestros hijos que los principios e ideales de los héroes o heroínas de la televisión son la mayoría de las veces son difíciles de aplicar en la vida diaria, donde a diferencia de la televisión, cada acto tiene un costo y una consecuencia positiva o negativa para ellos mismos.


16. Con imaginación y creatividad los padres de familia podemos esforzarnos en buscar alternativas a la televisión, fomentando el deporte, las visitas a museos y parques naturales, las sesiones de teatro, la proyección de videos, las conversaciones familiares, las prácticas de acciones solidarias a favor de los demás, etcétera.


17. La "cultura de la imagen" debe llegar a los niños por medios que no sea exclusivamente la televisión. Enseñémosles a nuestros hijos que fuera de la pantalla existen los paisajes, las puestas de sol, los jardines, los museos y exposiciones, los libros, etcétera, que son infinitamente más bonitos y reales que lo que puedan ver en la televisión. En este mundo hay tanto que ver y que mirar, pero, es necesario que como padres lideremos este esfuerzo, no perdiendo la capacidad de admiración, para que nuestros niños sigan nuestro ejemplo.


18. Inevitablemente, y no obstante nuestros esfuerzos, habrá contenidos televisivos contrarios a nuestros valores, que nos parezcan inconvenientes o negativos para nosotros o nuestros hijos. Por ello fomentemos en familia el análisis crítico del contenido de los programas de la televisión. Para eso, acostumbremos a nuestros hijos a saber ver y distinguir lo bueno y lo malo que pueda contener un determinado programa de televisión.


19. Los padres tenemos que fomentar que los programas sean analizados y materia de conversación en reuniones de familia, por ejemplo en las comidas. Esto no solo enriquece la comunicación familiar, sino que es una excelente manera de conocer y dar un apoyo concreto a la educación de los valores de nuestros hijos.


20. Las familias, de a poco, pueden crear una videoteca con películas y documentales de interés para los niños, que contengan temas variados y entretenidos. Esta práctica no solo fomentará el gusto por la cultura y la entretención en familia, sino que les servirá para ir creando un criterio selectivo al momento de ver televisión.


21. Algunos comerciales pueden ser tan peligrosos como los malos programas de televisión. Los padres debemos estar muy atentos para que la televisión no convierta a nuestros hijos en personas superficiales o consumidoras de todo lo que se anuncia. La gran oferta de bienes que existe en la televisión puede ayudarnos a educar a nuestros hijos en un "consumo inteligente", basado en la satisfacción de las reales necesidades, mas que la de los gustos. Nunca hay que hacer caso de la publicidad de juegos que inciten a la violencia, a la discriminación, y al racismo.


22. Los padres de familia, tenemos el derecho y el deber de iniciar a nuestros hijos en una positiva y prudente educación sexual, que evite que una imagen distorsionada del amor humano y del sexo les sea trasmitida a través de cualquier medio, y en particular los programas o avisos de la televisión.


23. No podemos dejar que nuestros hijos vean televisión de mala calidad. Si estos programas de televisión son vistos por nuestros hijos, confundirán la realidad con la ficción, se desorientarán y equivocarán al comprender y valorar el sentido de la vida. Transigir con la mala calidad de aquellos programas de televisión inadecuados para los niños, dejando que los vean, equivale a hacerse cómplice de lo que sabemos distorsiona los valores que le servirán de fundamento para el resto de su vida, y atenta contra los derechos de la infancia.


24. Hay que evitar a toda costa que el ver o no ver televisión se convierta para los niños en un premio o castigo.


25. Los padres de familia podemos organizarnos para exigir una televisión de calidad, especialmente en horarios infantiles. Las actitudes groseras, los hábitos y comportamientos antisociales, las obscenidades del lenguaje, la pérdida del sentido de la autoridad, la vulgaridad y la frivolidad, la apología subliminal o directa de conductas reprochables, la discriminación de la mujer o su utilización como objeto sexual y cualquier menosprecio a la vida humana, deben ser erradicados, especialmente de los espacios que tengan a los niños como destinatarios.


26. Ante una programación infantil con baja, discutible y reprobable calidad, los padres de familia tenemos la ineludible responsabilidad de poner en marcha una crítica constructiva, ejerciendo así nuestros derechos ciudadanos. Asimismo, y como contrapartida al esfuerzo realizado por muchos de quienes trabajan en el ámbito de la televisión, es conveniente incentivar una buena televisión, resaltando y difundiendo entre nuestros amigos los buenos programas de televisión.


27. El ejemplo es la herramienta más eficaz que tenemos los padres en nuestras manos. Si vemos mucha televisión, o postergamos nuestros deberes o actividades familiares o recreativas con nuestros hijos por ver televisión, o vemos televisión de mala calidad, ¿con qué criterio vamos a evitar que nuestros hijos vean aquellos programas negativos para ellos?


Tomado de Valores Humanos Nro 13


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blog Telespectadores

lunes, 1 de enero de 2007

Objeto de este Blog

Este blog se refiere al periódico digital Aragón Liberal, órgano de expresión del Foro Aragón Liberal. y de la Asociación de Amigos de Aragón Liberal.


Y en él se pretende editar las cartas de los lectores y los artículos remitidos que tienen la finalidad de la defensa de la vida, de la familia y de la libertad de enseñanza.