sábado, 24 de marzo de 2007

Los hermanos Kaczynski. Dos polacos consecuentes.

Un breve apunte a favor de la vida, y donde se demuestra que los políticos pueden incluso ser elegidos por sus ciudadanos si en vez de verlos como "plaga" que sobrecarga el planeta, los ven como personas con derecho a la vida.


Los hermanos Kaczynski. Dos polacos consecuentes.


Trae la revista Alfa y Omega en su edición de 22 de marzo un artículo sobre los hermanos Kaczynski de Polonia. Uno de ellos es el Presidente de Polonia, el otro el Primer Ministro. Ambos dicen que son primero cristianos y después políticos. Y eso es una garantía de buen hacer. Los cristianos, si son consecuentes, viven muchas virtudes humanas; se equivocan como todos pero con la ventaja de que han hecho "músculo" en eso de "pedir perdón" y rectificar; de hecho están continuamente rectificando.

En este caso han rectificado una política "progresista", heredada del progresista estado polaco comunista, en lo referente al aborto, y han optado por restringir la ley del aborto y dar alternativas. Las cifras cantan. Han pasado de 140.000 abortos anuales (en España estamos casi en 100.000) a sólo 130. Una nueva ley que salva vidas es una gran ley.

Esos 130.870 polacos que han tenido una oportunidad de vivir gracias a los hermanos Kaczynski serán mayores, podrán elegir su vida, podrán no votar a sus salvadores e incluso reintroducir el aborto en Polonia, pero viven y tienen el tesoro de la libertad.

Pocos políticos tienen una medalla de 130.000 vidas diarias cada año.

Enhorabuena.

jueves, 22 de marzo de 2007

Relativismo, progresismo y mentira elevada a la categoría de verdad.

El progresismo en Política supone la instauración en el trono de una nación de la mentira programada. No se pueden sostener las tesis relativistas sin mentir y mentir mucho. Por no hablar de política: los discursos para implantar la "cultura de la muerte" no se sostienen con un análisis reflexivo:

Interrupción voluntaria del embarazo: mentira. Es un asesinato de un niño en el seno de la madre.

Libertad reproductiva: mentira. Es libertad para matar.

Hago con mi cuerpo lo que quiero: mentira. No es mi cuerpo, es otro ser humano.

Derecho a la salud: mentira. Es derecho a acabar con la vida cuando "ya no es saludable".

Muerte con dignidad: mentira. Es asesinato asistido.

Eutanasia: equívoco. Es asesinato asistido.

Campaña de prevención del SIDA: póntelo, pónselo: no resuelve el problema y genera más SIDA, más abortos y más embarazos no deseados, y más enfermedades de transmisión sexual.

No pongamos freno al progreso: mentira. Permítanos manipular y matar seres humanos.

Investigación con células madre: equívoco. Es o investigación con seres humanos o investigación con células madre adultas, que no es lo mismo.

Matrimonio homosexual: mentira. Es unión antinatura. Es otra cosa.

Educación para la Ciudadanía (en España): mentira. Es educación para adoctrinar a la ciudadanía. Pero ni siquiera es educación: es corrupción de menores.

Educación sexual: mentira. Es enseñar las técnicas de goce sexual minimizando el riesgo del embarazo, y enseñanza de las medidas para evitar el niño si se llega a ese embarazo. Es corrupción de menores.

Y así unas cuantas cosas más por el estilo. ¿Los padres, los ciudadanos, por qué no se dan cuenta y no hacen nada?

frid

¿Qué debemos hacer para no ganar la guerra contra el terrorismo? Sigamos exportando el aborto y la educación sexual

http://www.lapop.org/



El reciente libro de Dinesh D’Souza, “El Enemigo en Casa: La Izquierda Cultural y La Responsabilidad por los sucesos del 9/11”, tiene a Michael Moore echando espuma por la boca. La tesis de D’Souza es que Moore y otros como él han “adoptado la decadente cultura norteamericana que reniega y rechaza a la sociedad tradicional, especialmente a las sociedades del mundo Islámico, que han sido humilladas por esta cultura.” Más aún, “siguen insistiendo con una agresiva campaña global atacando a la familia tradicional patriarcal y promocionando los valores seculares en nombre de la cultura occidental.” De esta manera ellos son –en parte—responsables por el aumento del terrorismo islámico contra occidente.

La Izquierda Cultural, sin disculparse por la implacable promoción del aborto, la promiscuidad sexual, la homosexualidad, el divorcio y otros “derechos” tanto en USA como en el extranjero, ha criticado el libro de D’Souza como algo fuera de la realidad. Hablando de culpabilidad por los ataques terroristas, Moore y compañía dicen que la responsabilidad recae totalmente en “la codicia de Estados Unidos sobre el petróleo” y su “neo-colonialismo”. Estas afirmaciones ridículas—Estados Unidos no importa petróleo de lo que él llama sus colonias, sino que lo compra en el mercado abierto—tienden únicamente a reafirmar su dogma izquierdista.

La derecha, de quien se hubiera esperado que abrazara la tesis de D'Souza, ha reaccionado fríamente también. Los Libertarios, a quiénes en general les importa poco la tradición, son candidatos poco afines a formar coaliciones internacionales a favor de la familia tradicional o de la defensa de la vida. Incluso los conservadores en lo cultural son escépticos, (a ellos les debe encolerizar y repeler lo que las películas de Hollywood y la televisión muestran como un devoto musulmán). Muchos de ellos, por ejemplo Robert Spencer, creen que el terrorismo está latente dentro del Islam. Spencer afirma que las declaraciones hechas por Mahoma sobre los cristianos y judíos contienen el germen de la violencia que puede brotar en cualquier momento. Spencer puso en circulación, por ejemplo, la noción completa del jihad y la relegación histórica de los no-Musulmanes al dhimmi (estatus de segunda clase) Sin embargo, nadie puede pretender descubrir ahora la agresividad islámica, que varias veces llegó al mismo corazón de Europa, y que existió muchos siglos antes de descubrirse América y todavía mucho antes de la existencia de la Izquierda Cultural.


Es comprensible el resentimiento de los musulmanes si existe gente occidental dedicada al control natal que llegan a la puerta de sus casas, trayendo pesticidas humanos e insistiendo en que sus esposas se hagan esterilizar.

Es posible estar de acuerdo con que los musulmanes radicales odian a los norteamericanos en base a su lectura del Koran. También podríamos reconocer que la reciente y extensa antipatía de los musulmanes hacia Estados Unidos en general gana fuerza también en otras corrientes ideológicas. Al precisar que la izquierda cultural con su permanente defensa del aborto, de la promiscuidad sexual, la homosexualidad y el divorcio en el país y en el extranjero ha aumentado el odio del mundo musulmán, D'Souza nos ha iluminado con una importante verdad.

La mayoría de los estadounidenses no entienden que estos contenidos (del aborto, etc.) no son sólo un subproducto aislado del sector privado, sino que parte central de nuestro programa de ayuda exterior. No obstante, si los egipcios, por ejemplo, decidieron ser condescendientes con las producciones basura de Hollywood (que sobresalen sobre todo por su contenido de sexo, violencia y lenguaje vulgar) entonces no tienen de qué quejarse. Pero cuando los jóvenes iraquís encienden sus radios y escuchan las letras vulgares de las canciones rap que difunden en su país vía Radio Sawa (pagada por contribuyentes norteamericanos), existe fundamento para culpar a Estados Unidos.

Los peores abusos se encuentran en programas de control de población financiadas por el gobierno norteamericano. Estados Unidos, directamente y a través de las instituciones internacionales tales como el Banco Mundial, ha estado exportando varias patologías sociales en rincones relativamente inocentes e inaccesibles del mundo por más de 40 años. Ahora lo hace bajo la máscara de “planificación familiar” y “salud reproductiva”. Miles de millones de dólares al año se invierten en programas que promueven el aborto, campañas de esterilizaciones forzadas y campañas anticonceptivas, campañas que ofrecen a las escuelas programas de educación sexual con material casi pornográfico, que promueven los programas de radio y televisión anti familia y anti niños, desvirtuando el cuidado médico básico, y fomentando que los gobiernos se entrometan en las vidas privadas de sus ciudadanos. Tales programas crean enormes resentimientos en los países musulmanes al igual que en los no musulmanes, como lo hemos documentado en el PRI repetidamente una y otra vez.

Déjeme ser claro al respecto: Si Bin Laden y sus hordas nos atacaron no es debido a que las mujeres Occidentales se hagan abortos y que tengan relaciones sexuales premaritales. Ellos siempre estuvieron inclinados a la violencia en todo caso.


“La promoción feminista de familia, del aborto, del secularismo radical, y la educación sexual, genera más simpatía en nuevos reclutas para el terrorismo Islámico "


Pero lo que promociona Estados Unidos y otras “democracias modernas” acerca del aborto, el divorcio, adulterio divorcio, adulterio, y el sexo premarital en países musulmanes no nos ayuda sino genera simpatía y nuevos reclutas para aquellos que se preparan a atacar al “gran Satan.” Es comprensible el resentimiento incluso de musulmanes moderados cuando existe gente occidental dedicada al control natal que llegan a la puerta de sus casas, trayendo pesticidas humanos e insistiendo en que sus esposas se hagan esterilizar. O no es difícil entender su legítima cólera cuando sus niños llegan de la escuela con un folleto de educación sexual pornográfico, financiado por una subvención de USAID.

Si los programas norteamericanos de ayuda exterior han sido tomados por la Izquierda Cultural, ¿qué es lo que debemos hacer? D'Souza señala que, “Como conservadores, debemos exportar lo que nosotros entendemos por Estados Unidos, nuestra Nación. Eso significa introducir en lugares como Iraq los principios de gobierno autónomo y soberano, regido por la opinión mayoritaria, con respeto por los derechos de la minoría, el mercado libre, y la tolerancia religiosa. Y debemos dejar de exportar el concepto de Estados Unidos de la Izquierda Cultural. Eso significa que debemos parar de insistir en un secularismo radical, detener la promoción del concepto feminista de la familia, detener los intentos de seguir promoviendo el aborto y la “educación sexual”, y lograr detener la exportación de los elementos vulgares y corruptos de nuestra cultura popular.”

Uno puede deplorar la burka y al mismo tiempo reconocer que, como nación, estamos violentando deliberadamente los valores y la estructura familiar de los países en vías de desarrollo. Si de verdad deseamos ganar la guerra al terrorismo, es mejor que dejemos de hacer enemigos de la manera en que se ha venido haciendo.

Steven Mosher es el Presidente del Population Research Institute.

lunes, 19 de marzo de 2007

Matar para investigar. Un despropósito medio ambiental.

Al investigar con las células madre embrionarias el embrión deja de desarrollarse y muere. ¿Cómo queréis llamarlo?

La Ley de Reproducción Asistida y el Proyecto de Ley de Investigación Biomédica promueven la investigación con células madre embrionarias, y lo hacen sobre la falsa promesa de su capacidad terapéutica, que hasta ahora es nula. Lo único cierto: matan seres humanos.

"Se pueden producir graves abusos"





Al investigar con las células madre embrionarias el embrión deja de desarrollarse y muere. Se dice que la realidad va siempre por delante de las leyes. Esto, en el campo de la biomedicina, ciertamente se cumple. Es bueno que se legisle para proteger y garantizar los bienes fundamentales de la vida, la salud y la integridad de las personas. No se puede dejar a los científicos que investiguen a sus anchas, pues llevaría a graves abusos. Por eso es necesaria una regulación y unas garantías legales.



Pero tanto la Ley de Reproducción Asistida, como el Proyecto de Ley de Investigación Biomédica promueven la investigación con células madre embrionarias, y lo hacen sobre la falsa promesa de su capacidad terapéutica, que hasta ahora es nula. Por eso, creo que con estas leyes se ha perdido una preciosa oportunidad, la de evitar matar embriones, segar vidas



La investigación con células estaminales embrionarias ha despertado un debate en la comunidad científica internacional sobre la licitud ética de matar embriones humanos con fines experimentales. Algunos científicos justifican matar los embriones alegando que servirá para curar enfermedades o simplemente niegan que los embriones concebidos sean seres humanos, cuando ni siquiera este hecho está probado y no existe justificación alguna para segar vidas.



Estas células estaminales están contenidas en los embriones humanos de sólo unos pocos días. A este tipo de células se les llama pluripotenciales porque pueden convertirse en prácticamente células de cualquier tejido y como consecuencia permiten al embrión desarrollarse y convertirse en un cuerpo totalmente formado, en un ser humano.



Cuando las células estaminales son extraídas del embrión, ya no puede seguir desarrollándose y muere. Sin embargo, se pueden utilizar las células estaminales de la placenta y del cordón umbilical sin atentar contra el embrión humano. En este caso, la ciencia aprovecha las células que son desechadas naturalmente por la madre en el momento del parto. Ni la placenta ni el cordón umbilical son vitales para el ser humano y pueden ser utilizados sin ningún problema ético y sin matar vidas.



Además, hay experimentos con células estaminales de la médula ósea que han logrado éxito. Éstas células son obtenidas de niños o personas adultas que no se ven afectados por perderlas.



J. D. M.

El neomalthusianismo. Excusa para matar.

Los nuevos ricos piensan que si somos más tocamos a menos. Su objetivo: acabar con los pobres. Por ello marcan la necesidad de impedir que ellos se reproduzcan. En México y Brasil han logrado el 40% de las mujeres esterelizadas. La India alimenta mejor hoy a 1.000 millones que antes a 250 millones.

Fruto del neomalthusianismo


Monseñor Michel Schooyans, profesor emérito de la Universidad de Lovaine (Bélgica), en su obra "El Terrorismo tiene cara humana" muestra las consecuencias mundiales de una ideología que considera el cuerpo humano como una cosa.



Su denuncia va dirigida al "bioterrorismo" tan mortífero como el "terrorismo guerrero" que cambia la estabilidad del equilibrio demográfico del mundo. Según le FNUAP (Fondo de Naciones Unidas para la Población) 45 millones de abortos son practicados al año, y además, 70.000 mujeres mueren.



Del libro comentado es puede extraer que esta situación es el fruto de "la ideología maltusiana puesta en ejecución a partir de la segunda guerra mundial", la cual reconoce que el hombre puede ser creador de riquezas. Esta forma de pensar, parte del principio de que cuantos más pobres haya, más necesidad tendremos de dividir y compartir la riqueza con ellos. Por ello marcan la necesidad de impedir que ellos se reproduzcan. Esta situación hace que el 40% de la población femenina de Brasil y México, estén esterilizadas.



Esta idea, sin duda errónea ya se vivió en la India, con estrepitoso fracaso. "Este país que hacia 1960 contaba con 250 millones de habitantes, cuya mayoría eran hambrientos, alimenta hoy a mil millones de habitantes y exporta cereales". Hay que recordar que la política que se utilizó en la India para impedir la pobreza fue esterilizar a la mujeres, para que estas lo permitiesen se las engañaba con un saco de trigo, aquello fracasó. En la India ha aumentado la población y hay menos hambrientos. ¿No les parece que muchos de los booms mediáticos actuales, por ejemplo el "cambio climático", están cargados de neomaltusinismo?

Jesús D.

jueves, 15 de marzo de 2007

Reflexiones liberales: El Aborto es profundamente anti-liberal, impide el ejercicio de "una libertad individual".

En el Medioevo algunos pensaban que el hombre sólo era hombre cuando pasaba un tiempo, pero eran "apologistas" y sostenían que interrumpir el proceso era violentar la naturaleza, era impedir que el ser humano viviese. Poco a poco fueron viendo que "no hay discontinuidad", es el mismo ser el embrión, el feto, el bebé, el niño, el adolescente, el joven, el adulto, el anciano, hasta que en la muerte se descompone y pasa a ser varios seres celulares... ha perdido la unidad que hasta ese momento se daba y que comenzó de modo unicelular.

Sería sorprendente que los liberales pidamos al Estado que legisle a favor del aborto... pero también si hubiese duda de que hay un ser humano en un baúl, ¿lo acribillaríamos con sables? Las dudas deben resolver a favor de lo más seguro que es a favor de la vida.

Lo de la moral, está normalmente, en la esfera de la conciencia. Los liberales no queremos que se legisle sobre la moralidad de nuestras acciones personales. Lo malo y lo bueno de mi obrar sólo debe legislarse cuando incide en el bien o el perjuicio de otro ser humano. La tensión entre libertades es lo que se debe legislar. Y la vida humana debe protegerse. Si uno no está de acuerdo con otras actitudes morales pues se aguanta.

Los métodos preservativos me parecen mal pero por motivos morales, por los riesgos de que con la promiscuidad vengan más enfermedades de transmisión sexual, pero no inciden en la libertad de otros salvo en el adulterio, cuando una de las personas no respete el derecho de su otro cónyuge libremente asumido. Otra cosa son los métodos abortivos que son abortos de personas pequeñitas o de seres humanos pequeñitos.

Luego la cuestión del aborto no se soluciona bien con un "yo pienso", sino con una reflexión seria porque está en juego una vida humana, en ese sentido el principio de "precaución" estaría justificado para los que tienen dudas, el "principio de proceso natural o ecológico" para un sensato ecologista y (es mayoría) el "principio de no matar" para el que reconoce que ese ser nacido de la unión de dos células incompletas es el mismo ser hasta su muerte sin solución de continuidad, y ese ser es un ser vivo de la especie humana.

frid

Los enterradores de El País

Dice Ignacio Aréchaga que hay un corredor de la muerte en "El País". Se han erigido en profetas de la libertad en el triste asunto del asesinato asistido y van buscando a todos los desesperados del mundo para ofrecerles un momento de gloria en sus páginas de papel. Se convierten en volatil noticia al dejar su volatil vida desesperanzada.

La última Inmaculada Echevarría, cuidad por una religiosas y luego por un Hospital católico desde los 29 años hasta los 51. Para la cruzada de la muerte que nos vende "El País" las crueles instituciones religiosas no quieren acabar con su vida, cuando esas crueles instituciones han mantenido esa vida con comprensión y afecto, y respeto a sus creencias durante tantos años. Pero el retirar su respirador ha tenido que hacerse desde la laicidad. Es mejor laicidad para la muerte y deseperación, y religiosidad para la vida y la esperanza.

Nuestro progresista medio de comunicación ya tiene un triste plantel de personas que han dejado su existencia sin que se haya preocupado lo más mínimo en buscarles razones para vivir, para amar la vida, para resolver sus problemas como otros innumerables enfermos con esos mismos males. Yo conozco unos cuantos que viven cada día con ilusión, que piensan más en lo que pueden hacer que en lo que ya no pueden hacer.

Los médicos tienen mucho que decir sobre los medios para ayudar a vivir, para sacar a las personas de la depresión. Y esas instituciones religosas además pueden alimentar la esperanza, la comprensión del sentido del dolor y convertir a la alegría a los enfermos incurables.

Mientras vivas tienes algo que aportar a la sociedad. Tu contributo termina cuendo te vas. A los progres de "El País"  no les interesa lo que puedas seguir haciendo, te jubilan en cuanto oigan de tí una queja. No son de fiar, son enterradores de bata blanca.

frid